Otra de las opciones para llegar a Melbourne, en este caso sólo para los visitantes que procedan de otras ciudades del continente australiano, es en tren.
Melbourne es la segunda ciudad de Oceanía en número de habitantes, y por tanto llegar a ella en cualquier medio de transporte resulta bastante sencillo. Tanto en avión, como en barco, tren o coche, llegar a Melbourne es sólo una cuestión de tiempo, y es que es la ciudad más austral del continente australiano.
Flinders Street Station o la estación de la calle Flinders, y más concretamente su fachada, se ha convertido en un símbolo de Melbourne. Sus tonos amarillentos son rápidamente reconocidos y situados en el centro de la ciudad, y es que esta estación de ferrocarril, situada al borde del río Yarra, ha visto crecer durante años la ciudad y ha sido y es puerta de entrada y salida de miles de viajeros que la utilizan...
Moverse por Melbourne en transporte público es realmente sencillo y barato. Esta ciudad ofrece una gran diversidad de posibilidades para moverse por el núcleo urbano, que por otra parte al no tener unas dimensiones demasiado grandes se recorre rápidamente.
El medio de transporte para llegar a Melbourne desde cualquier punto del continente australiano o desde cualquier otra parte del mundo es el avión. Llegar en avión a Melbourne requiere aterrizar en el aeropuerto de Tullamarine, situado a 21 kilómetros al noroeste de la ciudad.
Llegar por carretera a Melbourne es una opción muy utilizada por los turistas que deciden conocer la parte sur del continente australiano “a su aire”, bien en potentes coches todo terreno, bien en grandes caravanas, que permiten al conductor una amplia autonomía para recorrer grandes distancias alejados de la civilización.
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