La Royal Mile o Milla Real, en castellano, es la calle más conocida y transitada de la ciudad. En sus extremos se encuentra el Palacio de Holyroodhouse, al este, y el Castillo de Edimburgo, al oeste. A ambos lados de la calle aparecen los famosos “closes” o callejones que dan forma al aspecto medieval que tiene la ciudad. Conviene perderse en ellos y contemplar así el verdadero ambiente de Edimburgo.
Dean Village, también conocido como “Water of Leith Village” es un pequeño pueblo asentado a escasos minutos del centro de Edimburgo, que supone un oasis de calma y tranquilidad en comparación con el ajetreo de la urbe. Fue fundado en el siglo XII por los frailes de Holyrood y hoy recibe a numerosos visitantes deseosos de ver una pequeña localidad que parece detenida en el tiempo.
Dónde comer en Edimburgo no supone problema ninguno, ya que la ciudad cuenta con una oferta gastronómica lo suficientemente amplia como para disfrutar de la gastronomía tanto local como internacional, independientemente del presupuesto que tengamos asignado.
Ir de compras en Edimburgo es una sorpresa continua. En la ciudad podemos encontrar desde galerías de arte a locales de antigüedades, pasando por comercios que venden las firmas de moda o tiendas donde adquirir el típico suvenir.
Antes de viajar a Edimburgo conviene en cuenta conocer algunos datos de interés que pueden hacer que disfrutes más de tu estancia y no te encuentres con esos pequeños imprevistos que pueden dar al traste con unos días perfectos de vacaciones.
Llegar en avión a Edimburgo es la forma más rápida, cómoda y efectiva de acceder a la capital escocesa. El aeropuerto de Edimburgo es el más transitado de toda Escocia, con más de diez millones de pasajeros al año, y uno de los que tienen más viajeros del Reino Unido.
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