La Catedral de Granada fue un encargo directo de Isabel La Católica, que quería mostrar al mundo su poderío tras la Reconquista. Está situada sobre las ruinas de la que fuera mezquita mayor de la localidad, y es hoy uno de los mejores ejemplos del estilo renacentista.
Dicen los entendidos, que lo que se puede encontrar en el Barrio del Sacromonte de Granada no se encuentra en ningún otro punto de la geografía granadina. Este lugar ha visto en su curiosa orografía a árabes, judíos, castellanos y gitanos, y muchos de ellos hicieron de la cueva su vivienda habitual.
La Plaza Nueva de Granada es, a pesar de lo que indica su nombre, la más antigua que podemos encontrar en Granada. Está situada entre la parte moderna de la ciudad y la famosa Carrera del Darro, y se puede acceder a ella desde La Alhambra, situada cerca. Sentarse en una de sus múltiples terrazas contemplando la Alhambra, de hecho, constituye uno de sus grandes encantos.
Uno de los pequeños tesoros que esconde la ciudad de Granada es la Iglesia de San Gil y Santa Ana, más conocida con el nombre abreviado de Iglesia de Santa Ana. Se trata de un pequeño templo de estilo mudéjar ubicado donde comienzo la Carrera del Darro, a la derecha según ascendemos por la calle, en un espacio denominado Plaza Nueva.
El Monasterio de La Cartuja es uno de los puntos turísticos que no hay que perderse cuando se visita la ciudad de Granada. Es un precioso ejemplo del estilo barroco y guarda entre sus muros interesantes muestras de escultura y pintura de la escuela granadina.
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