Si nos proponemos conocer qué visitar en Tenerife, sin duda, el Parque Nacional del Teide y Santa Cruz de Tenerife son dos imprescindibles. Pero no deberemos olvidarnos de Icod de los Vinos, o Puerto de la Cruz, para que nuestra visita sea completa.
Viajar a Tenerife es hacerlo a un paraiso tropicar, con temperaturas templadas todo el año. Por eso los Europeos suelen escoger los meses de invierno para escaparse a las agradables temperaturas de las Canarias. Pero Tenerife tiene mucho más que ofrecer, su tierra volcánica, coronada por el Teide tiene secretos esperando ser descubiertos por el turista.
La Basílica de Nuestra Señora de Candelaria se terminó en 1959 y es obra del arquitecto Enrique Marrero Regalado. Tiene tres naves y su techumbre recuerda el estilo mudéjar, con una preciosa cúpula de 25 metros de altura.
De la misma forma que Tenerife nos ofrece tranquilidad por el día, la noche en Tenerife nos ofrece mucha diversión, ya que cuenta con una vida nocturna que cumplirá ampliamente las expectativas de todos los que comienzan a disfrutar cuando cae el sol.
La localidad de Icod de los Vinos está ubicada al noroeste de Tenerife. Se trata de una población situada en plena naturaleza, con bellísimos paisajes que comienzan en el Teide y descienden hasta la playa de San Marcos, de arena negra.
El Puerto de la Cruz, situado al norte de Tenerife e inmersa en el espectacular Valle de La Orotava, es uno de los lugares más turísticos y conocidos de la isla. Su animación y la naturaleza que la rodea hacen que sea el destino perfecto para muchos de los turistas que recalan en Tenerife.
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