Tokio es una ciudad con mucho volumen de tráfico, al igual que ocurre en prácticamente todas las grandes ciudades de Japón, por lo que llegar por carretera a la ciudad puede convertirse en algo molesto y pesado, especialmente si lo hacemos en hora punta.
Llegar en avión a Tokio supone la fórmula más rápida de acceder al país, aunque si viajamos desde España tendremos que hacer una escala previa en otra ciudad europea, ya que no existen vuelos directos.
Japón tiene una magnífica red de ferrocarril, por lo que si queremos llegar en tren a Tokio podremos hacerlo sin problema ninguno. Los trenes japoneses son rápidos, seguros y muy eficientes por su puntualidad.
Akihabara es sinónimo de tecnología. Este barrio de Tokio se ha convertido en la zona perfecta para comprar cualquier aparato tecnológico o de imagen, desde cámaras digitales a tabletas, pasando por videojuegos o reproductores de música. Los venden no sólo en los grandes centros comerciales, sino también en las numerosas tiendas de electrónica que inundan el barrio, con precios incluso más asequibles.
Uno de los distritos con más tradición de Tokio es Asakusa, donde los avances tecnológicos de occidente se combinan con la magia del tradicionalismo oriental, representado por numerosos templos y gente vestida con atuendos más propios de hace varios siglos.
El barrio de Ginza ha sido considerado durante años el más moderno y avanzado de Tokio, aunque actualmente ha sido superado por otros como Shinjuku o Shibuya. Aun así, resulta muy especial pasear por sus calles, repletas de amplios edificios llenos de letreros luminosos.
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