Los 170 canales de Ámsterdam hacen que reciba el nombre de la Venecia del Norte. Aunque merece la pena la visita a pie por sus orillas y sus puentes, la mejor manera de descubrir su envergadura y su arte, es a través de un mini crucero, que se puede hacer tanto de día como de noche, por un módico precio (unos 10 euros).
El Rijksmuseumo Museo Nacional de Ámsterdam es de visita obligada para los amantes del arte holandés del siglo XVII (el llamado siglo de oro holandés). En él se exponen las obras más famosas de los pintores locales mundialmente conocidos Rubens, Vermeer o Rembrandt, entre muchos otros. De este último, el museo expone sus famosas obras la Ronda de noche o La novia judía.
La casa de Ana Frank es sin duda uno de los edificios-museo imprescindibles en una visita a Ámsterdam. La pequeña Ana era una chica de 15 años judía, que permaneció escondida junto a su familia durante dos años, en la casa que hoy es un museo, para no ser encontrados por los nazis. Allí escribió el famoso diario de Ana Frank, tres cuadernos de vivencias y miedos escritos desde 1.942 a 1.944, y cuyos...
El Museo Van Gogh o el Van Gogh Museum Amsterdam contiene la mayor exposición permanente del mundo del genial pintor holandés, así como objetos personales y obras de sus contemporáneos. A través de un recorrido de tres plantas, de abajo hacia arriba, podremos apreciar unas 200 pinturas de todas las etapas del célebre pintor holandés, ordenadas por año y ciudad de creación.
Los Coffe Shops de Ámsterdam: Sólo en una ciudad donde la tolerancia y la libertad son bandera, podrían existir los coffe-shops: cafeterías donde se permite la venta y consumo de cannabis y marihuana. En Ámsterdam hay cientos. El primer coffe shop de Ámsterdam es del año 60, pero abrió sus puertas de manera clandestina. El consumo de drogas blandas en Holanda fue despenalizado en 1.976.
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