Antes de comenzar el viaje conviene conocer algunos datos de interés sobre Pekín, una ciudad de contrastes, donde podremos observar desde tradiciones milenarias hasta los más destacados avances de la sociedad moderna.
Comer en la ciudad de Pekín se convierte en una verdadera delicia, por la cantidad y variedad de restaurantes que encontraremos, donde podremos degustar desde el plato más sencillo, que sigue la más auténtica cocina china, al más elaborado. La oferta se completa, además, con multitud de puestos callejeros, la opción más económica.
La vida nocturna de Pekín parece haberse animado en los últimos años con la apertura de bastantes locales, si bien se concentra tan sólo en determinadas áreas. Las discotecas suelen poner música occidental y, en muchas ocasiones, los elevados precios también están al nivel de los que podemos encontrar en cualquier ciudad europea.
Llegar en avión a Pekín es la fórmula más rápida para acceder a la ciudad desde cualquier punto de China o del extranjero. El aeropuerto de Pekín, denominado Capital International Airport, está situado a unos 30 kilómetros al noreste de la ciudad. Es un aeropuerto moderno, que recibe multitud de vuelos internacionales, si bien ha comenzado a quedarse pequeño por el gran volumen de pasajeros que recibe.
Llegar en tren a Pekín es más lento que hacerlo en avión, pero constituye una experiencia inolvidable para amantes de los medios de transporte más tradicionales y un contacto directo con la población local.
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