Si nos preguntamos cómo llegar a Berlín rápido, sin duda el avión sea nuestra respuesta, pues es una ciudad muy bien comunicada por aire. Con la división en dos de la ciudad, durante la Guerra Fría, muchas de las principales infraestructuras de Berlín, tales como aeropuertos - fueron construidas dos veces, una en cada lado del muro. Después de la demolición del Muro se presentó el reto de fusionar estos sistemas anteriormente...
Moverse por Berlín será sencillo, pues Berlín cuenta con una amplia red de transportes integrados en el sistema BVG compuesto por el U-Bahn (metro), S-Bahn (tren urbano), autobús, tranvía y ferry con conexiones a los principales servicios ferroviarios regionales y nacionales.
El jardín Botánico de Berlín o Botanischer Garten Berlin es uno de los más grandes y completos de Europa. Ocupa 43 hectáreas y en él podremos ver más de 22.000 plantas diferentes. Además, tiene en su recinto el Museo de Botánica y una biblioteca especializada. A la entrada reparten entre los visitantes juegos para realizar durante la visita y que así toda la familia aprenda durante el recorrido. También es posible contratar un guía...
La Puerta de Brandemburgo es la única puerta de la ciudad que queda (de las 13 originales). Estas puertas servían para controlar el flujo de pasajeros y también para cobrar impuestos. Fue terminada en 1791 para conmemorar la victoria sobre Napoleón y simbolizaba la división de las dos Alemanias. Hoy en día, gracias a ser punto de vista de los principales dirigentes del mundo, significa todo lo contrario; refleja la unión de Alemania.
El Memorial al Holocausto o Holocaust Mahnmal es una gigantesca obra de arte abstracta que abarca todo un bloque, cerca de la Puerta de Brandemburgo. Abierto en la primavera de 2005, incluye un museo subterráneo con amplia información sobre el Holocausto y los Judíos que murieron durante la guerra nazi. Más de tres millones y medio de visitantes en el primer año lo convierten en uno de los monumentos más visitados de Berlín.
El Muro de Berlín o Berliner Mauer ya no existe como tal desde 1.989, pero la ciudad ha conservado algún tramo y varios trozos, para que turistas y residentes no olviden la fría piedra que separó las dos Alemanias durante casi 30 años.
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