El Prater de Viena es considerado como el parque de atracciones más antiguo del mundo (1895), y un espacio de ocio muy visitado por vieneses y turistas por sus magníficas atracciones. Del Prater lo más conocido sin duda es la famosa Noria de Viena, que con 64 metros de altura fue la más grande de Europa durante gran parte del siglo XX, pero también destaca su enorme montaña rusa Hochschaubahno su antiguo carrusel.
Llegar a Viena es muy sencillo, debido a que Austria dispone de su propia aerolínea: Austrian Airlines Presta un servicio excelente, ya que ofrece vuelos desde todas la grandes capitales de Europa y EE.UU. Hay vuelos directos a Viena e, incluso, a Salzburgo. En la actualidad, la mejor alternativa para viajar a Europa del Este, son las líneas aéreas de bajo costo.
La Catedral de San Sebastián de Viena o Stephansdomes uno de los principales símbolos de la ciudad. Ubicada en pleno casco histórico de Viena, esta Iglesia románico-barroca terminada en el siglo XV es famosa por ser donde se casó y murió Mozart, pero sobretodo, por las Catacumbas que se ubican en el subsuelo. Fue restaurada hace poco por un devastador incendio en 1945.
El Palacio de Schönbrunn de Viena o Schloß Schönbrunnes más hermoso de los palacios imperiales austríacos (fue construido para rivalizar con el famoso Palacio de Versalles de París) además de una enorme área recreativa para vieneses y turistas. Fue residencia de verano de la dinastía de los Hamburgo desde el siglo XVIII hasta el XX, y todavía hoy es la residencia de verano del actual presidente de la República.
No será difícil moverse por Viena, pues la capital austríaca se caracteriza por tener un excelente sistema de transportes. Podrá trasladarse tranquilamente con los autobuses, tranvías (Straßenbahn) y trenes subterráneos (U-Bahn) y municipales. Los horarios son bastantes flexibles, van aproximadamente desde las cinco y media de la mañana hasta la medianoche. En las taquillas principales del metro, podrá encontrar los mapas de transporte público.
La Ópera Estatal de Viena o Wiener Staatsoper está considerada como la mejor compañía de Ópera del mundo. Inaugurada en 1869, fue el primer edificio público terminado de la calle Ringstrasse. A pesar de su precioso estilo renacentista, el edificio de la Ópera no fue del agrado de los vieneses, y esto provocó el suicidio del primer arquitecto que lo diseñó y un infarto del segundo.
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